En invierno se producen un aumento en enfermedades respiratorias, coronarias y cardiovasculares.
En verano muere más gente por deshidratación e insolación, sobre todo en zonas muy calurosas. Además, aparte los sitios donde se congrega mucha gente cuentan con aire acondicionado o enfriadores y esto también causa un aumento en las enfermedades respiratorias por los cambios de temperatura a que se expone la gente.
También los cambios de estación traen cambios psicológicos que van desde la depresión hasta la hiperactividad, y un aumento del riesgo de suicidios u homicidios.