Frédéric Chopin 22/2 o 1/3 1810 — 17/10/1849
Al morir aquejado de tuberculosis.
“No más”
Wolfgang Amadeus Mozart (27/1/1756 – 5/12/1791)
“Homo reus” (hombre culpable)
Gustav Mahler 7/7/1860 – 18/5/1911
“¡Mozart!”
Johann Strauss (hijo) (25/10/1825 – 3/6/1899)
Según su mujer, tarareaba esta canción en su lecho de muerte.
“Brüderlein fein, ‘s muss geschieden sein” (hermanito, es hora de partir)
Con el sueño frustrado de la unificación latinoamericana, murió resignado a meditar lo siguiente: “Los tres mayores necios que ha habido jamás son Cristo, el Quijote y yo”. Murió en una hamaca, huésped de un español de Santa Marta.
“He arado en el mar”.
“¡Que artista muere conmigo!”
Director de películas de notorio corte surrealista, como “El perro andaluz”, el español
“Me muero”
Ocho horas con fiebre.
“¡me habría dado tiempo a escribir un libro!”
El escritor , autor de “Alicia en el País de las Maravillas”, murió en su casa, enfadado con su enfermera.
“Quíteme esta almohada. Ya no la necesito”.
El 18 de junio de 1936, el escritor soviético
“…Habrá guerras… Hay que prepararse”.
Se le han atribuido numerosas últimas palabras -e infinitas citas -, pero lo más probable es que dijera:
“¡Todo es tan aburrido!”.
Conocido por las insuperables cantidades de alcohol que consumió durante su vida, el actor estadounidense
“Nunca debí cambiarme del scotch a los martinis”.
Isabel I de Inglaterra
“Todas mis posesiones por un momento de tiempo.”
“Ahora yo me iré a dormir. Buenas noches.”
Condenada a ser decapitada por presunto adulterio y alta traición, Ana Bolena fue llevada al cadalso, donde le dijo a su verdugo
“No le dará ningún trabajo: tengo el cuello muy fino”.
“Ahora, estoy en la fuente de la felicidad.”
En su lecho de muerte, el escritor chileno José Donoso al parecer no dijo nada. Sólo pidió que le leyeran el poema “Altazor”, de Vicente Huidobro.
Jose María Escrivá de Balaguer
Falleció en Roma el 26 de junio de 1975.
“No me encuentro bien”.
Al subir al patíbulo dijo
“Soy un fiel servidor del Rey, pero primero de Dios”.
“Al fin, muero hija de la Iglesia”.
“¡Que baje el telón, la farsa terminó!”
Pronunció sus últimas palabras en el lecho de muerte, pero no sabemos cuales fueron debido a que la enfermera que estuvo a su lado no entendía el Alemán.
“¡Que esté preparado mi traje de cisne!”
El poeta chileno Vicente Huidobro, volviendo brevemente de la inconciencia de su agonía, les confesó a sus familiares: “Tengo miedo”. Poco antes, hizo llorar a su fiel amiga Henriette Petit cuando, levantándose levemente de su lecho de muerte, la miró y le dijo:
“¡Cara de poto!”.
A las 5:07 horas del 29 de agosto de 1947, “Manolete” pronuncia sus últimas palabras ante Giménez Guinea.
– “¡Qué disgusto le voy a dar a mi madre!”
– “¡Don Luis, que no veo, no veo nada”
Dijo a su médico
“Máteme, sino usted es un asesino”
Falleció en Cambridge el 29 de abril de 1951.
”Dígales que mi vida ha sido maravillosa”.
Escribió a los 30 años el poeta ruso utilizando como tinta su propia sangre, y luego se colgó de unas cañerías de agua que había en su pieza de un hotel de San Petersburgo.
“Adiós, amigo mío, sin gestos, sin palabras./ Que no haya dolor ni tristeza en tu frente./ En esta vida, morir no es nada nuevo,/ pero vivir, por supuesto, es menos nuevo aun”
“Yo soy el conde Drácula, el rey de los vampiros, soy inmortal”.
El escritor saludó a la muerte diciendo
“Al fin, esa cosa distinguida”.
“España no está aquí, está en América, En México está la esencia más pura de España”.
El escritor irlandés, preocupado por que la crítica calificó de incomprensible su novela “Finnegans Wake”, preguntó antes de morir:
“¿En serio nadie la entiende?”.
Alguien dijo:
-Ha refrescado esta noche . Más vale que coja usted el abrigo, doctor King.
-Esta bien, lo cogeré.
Fueron las últimas palabras de Martin Luther King. Sonó un disparo y su cuerpo cayó desplomado el 4 de abril de 1968 en Memphis.
Galileo fue procesado y obligado a renunciar a sus convicciones. Se dice que cuando se hallaba al borde de la muerte, sus últimas palabras fueron
“No importa lo que ellos digan, la tierra gira alrededor del Sol”.
“En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu”.
“He ofendido a Dios y a la humanidad porque mi trabajo no tuvo la calidad que debía haber tenido.”
“Todo me aburre.”
“Es muy bonito todo allá”
“¡Viva Iria Flavia!”
Según los escritos budistas las últimas palabras de Buda fueron:
“Todas las cosas son perecederas. Esforzaos por vuestra salvación”.
“Luz más luz”.
Tras su letal trago de cicuta, al que había sido condenado por impío y corruptor de la juventud, Sócrates dijo:
“Critón, le debo un gallo a Asclepio. No te olvides de pagárselo”.
“Que los amigos aplaudan. La comedia se ha acabado.”
En una pieza oscura, justo antes de que el sheriff Pat Garrett le disparara un balazo en el corazón.
-“¿Quién es?”,
El 21 de octubre de 1886 murió en su quinta de Belgrano
“Buenos Aires… Buenos Aires…”.
Que murió guillotinada el 16 de octubre de 1793 en París, dijo sus últimas palabras al verdugo disculpándose por haberle pisado.
El poeta, que decía haber bebido su primer whisky a los 4 años, exclamó:
“Me he bebido dieciocho vasos bien llenos de whisky. Eso es un record. Eso es todo lo que yo he conseguido en 39 años”.
El fundador del legendario Barnum Circus, a la hora de despedirse del mundo sólo le interesó preguntar:
“¿Cuánto se recaudó hoy en el Madison Square Garden?”.
Camarón de la Isla
Las últimas palabras del cantaor flamenco fueron una desesperada llamada a Juana, su madre.
“Omaíta, ¿qué es lo que tengo?.”
“Josefina…”
El profeta del siglo dieciséis, hizo su última predicción:
“Mañana, ya no estaré aquí”.
falleció el 7 de octubre de 1849 padeciendo delirium tremens. Sus últimas palabras fueron
“Que Dios ayude a mi pobre alma”.
El poeta estadounidense Walt Whitman, que en sus últimos años buscó algo coherente y glorioso y patriótico que heredarle a la humanidad desde su lecho de muerte, se dio por vencido y, expirando, exclamó:
“¡Mierda!”.
La mítica bailarina condenada en Francia por espionaje a la pena de muerte, le pidió al oficial del pelotón de fusilamiento que le trajera un espejito, se empolvó bien el rostro y dijo:
“Gracias, monsieur”.
Muere el 9 de Marzo de 1895 en Lindheim de un ataque al corazón, sus últimas palabras fueron
“…aimez moi…”.
La escritora estadounidense, se interrogó enigmáticamente a sí misma: “¿Cuál es la respuesta?”. Después de meditarlo un momento, dijo:
“Y, en ese caso, ¿cuál es la pregunta?”.
El revolucionario mexicano, fue herido mortalmente en un atentado, pero aún tuvo tiempo de rogarle encarecidamente a un periodista:
“¡Escriba usted que he dicho algo!”.
Tras la muerte de su esposa y de su hija mayor, Karl Marx perdió todo deseo de vivir y fue presa de numerosas enfermedades. Cuando Friedrich Engels le preguntó si le quedaba algún mensaje que dejarle a la posteridad, Marx, indignado, le contestó:
“¡Fuera, desaparece de mi vista! ¡Las últimas palabras son cosa de tontos que no han dicho lo suficiente mientras vivían”.
MÚSICOS
George Harrison 25/2/1943 – 29/11/2001
A modo de despedida.
“Amaos los unos a los otros”
Cozy Powell 29/12/1947 – 5/4/1998
En el accidente de tráfico que acabó con su vida, según su novia, con la que hablaba en esos momentos por el móvil.
“¡Oh, mierda!”
Bob Marley 6/2/1945 – 11/5/1981
A su hijo Ziggy Marley.
“El dinero no puede comprar la vida”
Jane Dornacker 1/10/1947 – 22/10/1986
En el accidente de helicóptero en el que falleció
“¡Caemos al agua! ¡Caemos al agua! ¡Caemos al agua!”
Bing Crosby 3/5/1903 – 14/10/1977
Al sufrir un infarto mortal en el hoyo 18. Al menos, ganó.
“¡Ha sido un gran partido de golf, tíos!”
Marvin Gaye 2/4/1939 – 1/4/1984
Tras recibir dos disparos de su progenitor durante una de sus habituales disputas.
“¡Mi padre me odia y yo nunca voy a volver!”
‘Dimebag’ Darrell Abbott 20/8/1966 – 8/12/2004
Último grito de guerra del guitarrista en un concierto, justo antes de que Nathan Gale, un fan de Pantera de 25 años, lo abatiera a tiros al considerarlo responsable de la separación de la popular banda.
“¡Van Hallen!”
Tupac Shakur 16/6/1971 – 13/9/1996
También murió tras ser tiroteado.
“¿Yo? ¡Eres un disparo en la puta cabeza!”
Adam Faith 23/6/1940 – 8/3/2003
Murió de un ataque al corazón y, aunque varios diarios sensacionalistas aseguraron que estás fueron sus últimas palabras, Wikipedia las atribuye a una leyenda urbana.
“Canal Cinco es una mierda, ¿no? ¡Cristo, la mierda que ponen allí!”
Terry Kath 31/1/1946 – 23/1/1978
Pronunció estas palabras justo antes de dispararse en la sien al creer que el revólver que manipulaba estaba descargado.
“No te preocupes, no está cargado, ¿ves?”
Jimi Hendrix 27/11/1942 – 18/9/1970
En el contestador de su manager, a quien hoy se le considera autor de su muerte.
“¡Necesito ayuda, mal hombre!”
John Denver 31/12/1943 – 12/10/1997
Por radio a un controlador aéreo poco antes de estrellarse con su avioneta.
“¿Lo tienes ahora?”
Layne Staley 22/8/1967 – 5/4/2002
A su compañero de Alice in Chains Mike Starr, que murió años después también por sobredosis.
“¡No me dejes así!”
Mike Starr 4/4/1966 – 8/3/2011
En un buzón de voz poco antes de morir.
“Necesito drogas, estoy mal. ¡Dame una llamada de inmediato!, tengo algo muy importante que decirte. Te vas a emocionar. Además, si puedes tráeme una onza, un octavo, un cuarto, un botón o lo que sea, ya sabes, a un precio asesino. Sólo ven para acá, las necesito, estoy mal”
Barry White 2/9/1944 – 4/7/2003
A su enfermera, poco antes de morir de un fallo renal en el centro hospitalario donde estaba ingresado.
“Déjame en paz. Estoy bien”
James Brown 3/5/1933 – 25/12/2006
A su esposa, antes del infarto que acabó con su vida.
“¡Esta noche me voy!”
Bo Diddley 30/12/1928 – 2/6/2008
Durante su agonía tras sufrir varios ataques cerebrales y cardíacos.
“¡Me voy al cielo! ¡Regreso a casa!”
Frank Sinatra 12/12/1915 – 14/5/1998
A su familia, en el en el centro médico Cedars Sinaí.
“Estoy perdiendo”
Kurt Cobain 20/2/1967 – 5/4/1994
En una extensa carta de despedida escrita antes de su suicidio.
“Gracias a todos desde lo más profundo de mi estómago nauseabundo por vuestras cartas y vuestro interés durante los últimos años. Soy una criatura voluble y lunática. “Se me ha acabado la pasión. Y recordad que es mejor quemarse que apagarse lentamente. Paz, amor y comprensión. Frances y Courtney, estaré en vuestro altar. Por favor Courtney, sigue adelante, por Frances, por su vida que será mucho más feliz sin mí. Los quiero. ¡Los quiero!”
Sid Vicious 10/5/1957 – 2/2/1979
Nota encontrada por su madre en el bolsillo de su chaqueta días después de ser incinerado tras morir a causa de una sobredosis suministrada, precisamente, por su madre.
“Hicimos un pacto de muerte, yo tengo que cumplir mi parte del trato. Por favor, entiérrenme al lado de mi nena. Entiérrenme con mi chaqueta de piel, vaqueros y botas de motociclista. Adiós. Con amor, Sid”
Amy Winehouse 14/9/1983 – 23/7/2011
A su guardaespaldas, que la encontraría muerta poco después.
“Quiero dormir un rato”
Michael Jackson 29/8/1958 – 25/7/2009
A su médico de cabecera antes de fallecer a causa de una sobredosis de Propofol.
“Quiero tomar más leche, por favor, dame un poco”
Camarón de la Isla 5/12/1950 – 2/7/1992
A su madre Juana, antes de morir.
“Omaíta, ¿qué es lo que tengo?”
John Lennon 9/10/1940 – 8/12/1980
“Me han disparado. Me han disparado. [¿Quién es usted?] Soy Lennon, John Lennon, de los Beatles. [¿Cómo se encuentra?] Me duele. [¿Está seguro de que es usted John Lenon?] Sí”
ESCRITORES
Víctor Hugo
El autor de ‘Los miserables’ murió a una avanzada edad de una pulmonía. Años antes habían muerto dos de sus hijos y su hija Adéle había terminado en un psiquiátrico. Durante su vida había cometido muchos excesos, sobre todo con la comida. En este reciente post tenéis más curiosidades sobre Víctor Hugo.
“Veo una luz negra.”
Charles Dickens
El novelista inglés sufrió un ataque al corazón; su muerte se produjo justamente cinco años después del accidente de tren de Staplehurt, al que sobrevivió, y que le inspiró uno de sus mejores cuentos de terror, ‘El guardavía’, del que hablamos en este post de hace unos meses.
“¡Al suelo!”
Gustavo Adolfo Bécquer
Y terminamos este repaso con el poeta romántico español por excelencia, Bécquer, que falleció a los 34 años de la llamada “enfermedad romántica”, la tuberculosis, que como habréis visto, se llevó a numerosos escritores de todas las épocas. Se desconoce si esta última frase tenía o no sentido; fue pronunciada entre delirios causados por una fiebre muy alta.
“Todo mortal…”
Henrik Ibsen
El autor teatral que nos legó ‘Casa de muñecas’ sufrió un ataque de apoplejía en 1900, al que sucedieron otros que fueron debilitando su salud hasta postrarlo en cama totalmente paralítico. El día de su muerte, escuchó a su cuidadora decir a una visia que se encontraba mucho mejor. Esto fue lo que espetó Ibsen antes de morir.
“Al contrario”.
Karl Marx
El economista, filósofo y escritor de ‘El capital’ sufrió un grave resfriado tras la muerte de su esposa. La enfermedad se agravó y derivó en bronquitis, y finalmente una pleuresía acabó con su vida. Mientras esperaba la muerte en su lecho, su criada le preguntó si tenía algunas últimas palabras que compartir.
“¡Vamos, fuera! ¡Las últimas palabras son para estúpidos que todavía no han hablado lo suficiente!.”
Yukio Mishima
Atormentada, Mishima nos dejó libros como ‘Confesiones de una máscara’ o ‘El pabellón de oro’. En 1970 cometió ‘seppuku’ (suicidio ritual japonés) en público, tras fracasar en su intento de convencer a los militares para acabar con el gobierno civil de posguerra del país.
“¡Larga vida al emperador!.”
Tomás Moro
Santo Tomás Moro (o Thomas More, en inglés), autor de ‘Utopía‘, fue decapitado por orden de Enrique VIII a raíz de no querer prestar el juramento antipapista en 1534. Se le practicó un juicio sumario y fue condenado a muerte por el delito de alta traición.
“Fíjese en que mi barba ha crecido en la cárcel; es decir, ella no ha sido desobediente al rey, por lo tanto no hay por qué cortarla. Permítame que la aparte.”
Michel de Notre Dame (Nostradamus)
El críptico profeta cuyos versos sobre el fin del mundo han sido estudiados durante siglos también dio una pista sobre su propio deceso. Esto fue lo que contestó a su criado cuando éste se despidió de él preguntándole si se verían al día siguiente.
“Mañana ya no estaré aquí.”
Edgar Allan Poe
El gran poeta romántico americano llevó una vida disoluta a causa de su feroz alcoholismo. El 3 de octubre de 1849 se el encontró por las calles de Baltimore, desvariando y vestido con ropas que no eran suyas. Fue trasladado al hospital, donde opuso resistencia al personal médico.
“¡Que Dios se apiade de mi pobre alma!”
Sócrates
El gran filósofo griego murió a los 70 años de edad, aceptando su condena a muerte por no reconocer a los dioses atenienses y corromper a la juventud. El método elegido por él mismo de entre los que le ofrecieron fue el de ingerir cicuta.
“Crito, le prometí una gallina a Asclepio. ¿Te acordarás de pagarle?”
Leo Tolstói
El escritor ruso, autor de ‘Guerra y paz’, basó su vida en el pacifismo y el ascetismo, rehusando las enseñanzas de la Iglesia ortodoxa. Mientras moría, rechazó a los amigos que le invitaban a reconciliarse con la Iglesia.
“Incluso en el valle de las sombras de la muerte, dos y dos no hacen seis.”
Lousie May Alcott
La autora de ‘Mujercitas’ había tenido una salud muy precaria desde que sufrió un envenenamiento por mercurio al ser tratada para el tifus. Su hermana murió de meningitas, y ella siempre sospechó hasta el último momento que era lo que padecía, pero lo que provocó su muerte fue un cáncer intestinal.
“Entonces, ¿no es meningitis?”
Emily Brontë
La autora de ‘Cumbres borrascosas’ (1818-1848) no pudo disfrutar mucho tiempo de su éxito ya que su salud, que siempre había sido delicada, empeoró a causa de la tuberculosis, que finalmente se la llevaría la edad de 30 años. No quiso ser visitada por el doctor, y cuando se vio realmente enferma, ya fue demasiado tarde.
“Si llamáis al doctor, ahora sí que estoy dispuesta a verle.”
D.H. Lawrence
A finales de 1917, D.H. Lawrence (1885-1930) fue obligado a dejar Cornwall debido al constante hostigamiento de las autoridades militares, que pensaban que el autor era un espía de los alemanes. La pobreza le obligó a cambiar frecuentemente de domicilio, y terminó contrayendo la tuberculosis. En los últimos momentos de su vida, el autor de ‘El amante de Lady Chatterley’ imploró a su mujer que le salvara.
“María, ¡no me dejes morir!”
Anton Chejov
El célebre escritor y dramaturgo ruso (1860-1904) tenía otra profesión: la de médico. Se sospecha que la tuberculosis que le llevó a la tumba fue contraída de un paciente. Justo antes de su muerte, le sirvieron una copa de champán, que había pedido expresamente. La bebió a pequeños sorbos, pronunció esta frase, dejó la copa en la mesilla de noche y expiró.
“Hace mucho que no tomo champán.”
H.G. Wells
El novelista británico autor de ‘La guerra de los mundos’ tuvo dos esposas y numerosas amantes, lo que no fue obstáculo para que su última esposa, estuviera a su lado hasta el día de su muerte, en su casa de Regent’s Park, Londres.
“Vete… Estoy bien.”
Gabriele d’Annunzio
Uno de los poetas italianos más reconocidos del fin de siglo, D’Annunzio terminó una carrera de cuarenta años en la que dominó el panorama literario de su país con la sombra de haber abrazado el fascismo de Mussolini. Éste le nombró presidente de la Academia de Italia en 1937, como reconocimiento a sus méritos durante el régimen.
“Me aburro”.
Emily Dickinson
Fue una de las poetisas más admiradas y prolíficas de Norteamérica, pese a que publicó muy pocos poemas en vida. Sus últimos años estuvieron marcados por su reclusión. Cuando murió su sobrino, su salud se deterioró rápidamente. Murió a los 56 años tras haber pasado varios días inconsciente. Su hermana descubriría más tarde más de 800 poemas inéditos en su habitación.
“…la niebla está subiendo.”
Sigmund Freud
El fundador del psicoanálisis y autor de obras fundamentales como ‘La interpretación de los sueños’ era un fumador empedernido. En 1923 se le diagnosticó cáncer. Cuando no pudo aguantar más el dolor, pidió a su médico que le administrara una sobredosis de morfina. Entró en coma y murió al día siguiente.
“Querido Schur, seguro que recuerdas nuestra primera charla. Prometiste ayudarme cuando ya no pudiera continuar. Es una tortura, y no tiene ningún sentido.”
Lord Byron
Uno de los más famosos poetas de su época, tuvo que marchar de Inglaterra por sus deudas y una relación escandalosa con su cuñada. En 1823, cuando ya estaba pasando por un mal momento, se vio atrapado en una tormenta. Regresó a casa con una fiebre muy alta; el tratamiento no surgió efecto y entró en coma. Recuperó la conciencia el tiempo justo para decir estas palabras.
“Me voy a dormir. Buenas noches.”
Heinrich Heine
Heine (1797-1856) fue un poeta alemán que pasó sus últimos años en París. En 1845 contrajo una enfermedad que le postró en la cama. Poco antes de morir dijo “Dios me perdonará, es su profesión”. Pero al parecer murió sin poder dejar por escrito su último mensaje.
“Escribir… lápiz… papel…”
J.W. Von Goethe
El famoso autor romántico fue el más destacado autor del movimiento Sturm und Drang. Murió en 1832, le había precedido su esposa en 1816 y su hijo en 1827. Está enterrado junto a Friedrich Schiller.
“Abre la otra ventana… para que entre más luz.”
Lewis Carroll
El autor de ‘Alicia en el país de las maravillas’ murió de una neumonía después de sufrir una gripe. De pequeño, la tos ferina que padeció le produjo sordera en el oído derecho. Actualmente, hay biógrafos que sostienen que tomaba drogas psicoactivas.
“Quíteme esta almohada. Ya no la necesito.”
Vicente Huidobro
Cuando el poeta de vanguardia Huidobro estaba ya a las puertas de la muerte, volvió de la inconsciencia, confesó a sus cercanos que sentía miedo e hizo llorar a su amiga Henriette Petit, cuando la miró fijamente y le gritó esta expresión, que significa “cara de culo”.
“¡Cara de poto!”
Franz Kafka
Kafka fue un hombre de una salud frágil toda su vida: a su fobia social se le añadían migrañas, insomnio y otras dolencias, que intentó tratar con diversas terapias naturales, que quizá le provocaran la tuberculosis que finalmente le mató. Sus últimos días fueron un infierno de dolor, y suplicó a su doctor que acabara con ese sufrimiento.
“¡Mátame o de lo contrario serás un asesino!”
Dylan Thomas
El laureado poeta galés murió como vivió: completamente borracho. La causa de su muerte fue una neumonía, mezclada con sus problemas hepáticos. Siempre estuvo orgulloso de su feroz alcoholismo, y a menudo fanfarroneaba de su aguante con la bebida.
“Me he tomado dieciocho güisquis. Creo que es mi récord…”
Fernando Pessoa
Una de las mayores figuras de las letras portuguesas, Pessoa escribió estas últimas palabras tras haber perdido la facultad del habla. La causa de la muerte fue, de nuevo, una grave crisis hepática, producida por años de excesos con el alcohol.
“No sé qué me depara el mañana.”
Saki
El gran poeta y cuentista británico protagonizó una de esas muertes que parecen sacadas de ese macabro programa titulado ‘Mil maneras de morir’. Estando enrolado durante la Primera Guerra Mundial, gritó esta frase a otro soldado en una trinchera, antes de ser alcanzado por un francotirador alemán, que probablemente le había oído.
“¡Apaga el maldito cigarro!”
Margaret Mitchell
La escritora de ‘Lo que el viento se llevó’ se quejó justo antes de morir del mal sabor de una naranja que le habían dado en el hospital donde convalecía por las heridas sufridas en un atropello.
“Sabe muy mal.”
Aldous Huxley
El autor de ‘Un mundo feliz’ experimentó ampliamente con las drogas una vez instalado en California, de lo que saldría su libro ‘Las puertas de la percepción’, título del que Jim Morrison se serviría para bautizar a su banda, The Doors. Antes de morir le pidió a su esposa que le inyectara dos dosis de LSD.
“LSD: 100 microgramos.”
CONDENADOS A MUERTE
ejecutado en Missouri el 13 de Septiembre de 2000 por el asesinato de Hank Willoughby en una disputa de armas. George siempre alegó defensa propia y echó las culpas a su abogado de su condena.
“Alguien tendrá que matar a mi abogado”
Thomas Grasso
ejecutado en Oklahoma el 20 de Marzo de 1995. En la comida anterior a su ejecución no aparecieron los famosos spaguettis de Campbell’s que pidió como última voluntad.
“Por favor, contad a la prensa que no me han servido mi ración de Spaguetti, ¡Quiero que toda la prensa lo sepa!”
Westley Allan Dodd
Westley Allan Dodd, ejecutado en Washington el 5 de enero de 1993 por abusar sexualmente y matar a dos niños de 11 años. Westley tenía un dilatado historial de abusos a menores que comenzó cuando tenia sólo 14 años con sus propios primos. Sus fantasías se fueron cargando de violencia conforme se hizo adulto.
“Una vez me preguntó alguien, no recuerdo quién, si habría alguna manera de detener a los delincuentes sexuales. Le dije que no. Evidentemente me equivoqué”
Michael Richard
ejecutado con inyección letal en Texas el 25 de Septiembre de 2007 por matar, violar y robar a Marguerite Dixon en su propia casa. La ejecución todavía se recuerda debido a problemas de procedimiento, ya que la apelación (propuesta el mismo día de la ejecución) no llegó a tiempo por 20 minutos al tribunal de Texas debido un fallo informático.
““Let’s Ride” (Vamos a volar -con la inyección letal)”
Richard Wade Cooey II ejecutado en Ohio el 14 de octubre de 2008 por matar, violar y robar a dos mujeres. Su última comida fue:
Un bistec de ternera con salsa, patatas fritas y aros de cebolla. Cuatro huevos duros sobre dos tostadas con mantequilla. Una pinta de Helado, un pastel de ‘garra de oso’ y un Mountain Dew.
“Vosotros no habéis prestado atención a todo lo que yo he dicho durante los últimos 22 años. ¿Por qué coño vais a prestar atención a lo que tengo que decir ahora?”
Charlie Brooks Jr. 1982 (Ejecución 1)
40 años. Negro. Secuestró a un mecánico, le condujo a la habitación de un motel y le asesinó de un disparo en la cabeza.
“Solo temo a Alá, el único dios, el que tiene el poder de decidir si debo vivir o morir”.
Leonel Herrera. 1993 (Ejecución 58)
45 años. Hispano. Condenado por matar a un policía que le detuvo por exceso de velocidad.
“Soy inocente, inocente. Un gran error se cometerá esta noche. Mis mejores deseos para todos. Estoy preparado”.
Henry Porter. 1985 (Ejecución 9)
Hispano. 43 años. Asesinó al policía Henry Mailloux cuando le detuvo por robo de armas.
“Cuando un policía asesina a alguien, la sentencia se conmuta. Cuando un mexicano mata a un policía, no. Esa es la justicia de América”.
Edward Ellis 1992 (Ejecución 46)
38 años. Blanco. Asesinó a Bertie Eakens, de 75, en su casa asfixiándola con una almohada. Le robó joyas y su coche. Trabajaba en el inmueble.
“Solo quiero que todo el mundo sepa que el fiscal y Bill Scott son unos hijos de perra”.
James Paster. 1989 (Ejecución 32)
44 años. Blanco. Asesinó de un tiro en la cabeza a Edward Howard, de 38 años, por encargo de la exmujer de la víctima, que le pagó 1.000 dólares.
“Espero que la señora Howard encuentre la paz con esto”
John Barafield. 1997 (Ejecución 109)
32 años. Negro. Condenado por violar y asesinar de un tiro en la cabeza a la universitaria Cindy Rounsaville, de 25 años. Cindy fue violada por John y otras dos personas que la asaltaron en un parking.
“Decidle a mamá que la quiero”.
Joseph Cannon. 1998 (Ejecución 148)
38 años. Blanco. Asesinó a tiros a una abogada con la que convivía en periodo de prueba por otros delitos.
“Siento lo que te hice, mamá. No lo digo porque vaya a morir. Gracias por apoyarme y ser amable conmigo cuando era niño”.
Timothy Gribble. 2000 (Ejecución 211)
36 años. Blanco. Violó y estranguló a Elizabeth Jones cuando arreglaba el techo de su casa.
“Acepten mis disculpas por lo que le ocurrió a vuestra amada. Hice algo horrible de lo que estoy arrepentido. Rezo para que encontréis la paz”.
Kimberly McCarthy (Ejecución 500)
2013. 52 años. Negra. Apuñaló a un anciano de 70 años para robarle sus tarjetas de crédito y su coche.
“Gracias a todos los que me han ayudado estos años. Al reverendo, mi guía espiritual… Esto no es una pérdida, es una victoria. Sabéis dónde voy, voy a casa con Jesús”.
Ramón Hernández (Ejecución 491)
2012. 41 años. Hispano. Con dos cómplices, robó, violó y asesinó a una mujer. Luego quemó el cuerpo.
“¿Puedes oírme? Nunca te lo dije, tienes los ojos de papá. Me di cuenta hace un par de días. Diles a todos que les quiero. Siento mucho el dolor causado”.